En Asturias se dieron muchas exhibiciones de simultáneas de los más destacados jugadores españoles (Golmayo, Rey Ardid, Medina, Toran…) y los mejores a nivel internacional (Larsen, Korchnoi, Karpov, Shirov …) y será imposible recogerlas todas en este blog. Intentaré recoger las más importantes o de las que haya más información: fotos, crónicas…
Karpov estuvo en Oviedo en 1981 y dio dos sesiones de simultáneas, en el Hotel Reconquista el 07.02.1981 y al día siguiente en el Centro Asturiano de Oviedo. Las simultáneas ocasionaron bastante polémica ya que el presidente de la Fapa, Faustino, excluyó de la misma a varios de los mejores jugadores asturianos como Corral, Uria…
La primera sesión se enfrentó a 22 tableros con el resultado: +16 =6 y la segunda a 25 con el resultado +22 =3.

Simultáneas Hotel La Reconquista

Simultáneas Hotel La Reconquista

Simultáneas Hotel La Reconquista. Pablo Moran Santamaria, Alfredo Alvarez Cigarria, Francisco Javier Menendez Rey, Francisco Javier de San Claudio Gonzalez y Jose Luis Fanjul Garcia San Miguel


Centro Asturiano de Oviedo. Naranco. El presidente del Centro Asturiano Angel Villanueva hace entrega a Karpov de la insignia de oro de la entidad. Detrás Alfredo Canteli, el actual presidente.

Centro Asturiano de Oviedo. Naranco. Paseo con Román Torán por las instalaciones del Centro Asturiano en el monte Naranco.
Prensa. El Comercio
Prensa. La Nueva España
Revista El Ajedrez nº15. Marzo 1981
6 Partidas Pgn
Anécdota colateral
Durante la celebración de las simultáneas, y dado el número tan elevado de asistentes, la organización dispuso de varios monitores en los laterales del hall del hotel, para así ver las partidas con mayor comodidad.
Personalmente me tocó seguir una al lado del señor Mato Camino, jugador del desaparecido Club Ajedrez Lugones. Siempre recordaré su nombre y cierto parecido físico que guardaba con Karpov, pero si además ¡hasta se presentó vestido de traje y corbata prácticamente iguales a las del ruso!
Jugada tras jugada, Mato se acercaba al monitor y nos explicaba la que aquél haría antes de efectuar el movimiento. Se esforzó con tal denuedo en estos menesteres y fueron tan abultados sus fallos, pero él no se resignaba, arrugaba el entrecejo, llevaba la mano sucesivamente a la mejillas con gesto de sorpresa, y continuaba en su empeño…¡Todos los presentes acabamos más pendientes del espectáculo de nuestro vecino que del propio Karpov!
Saludos cordiales,
Ezequiel